Día de la Lucha contra el Cáncer de Mama: una oportunidad para canalizar los miedos y desterrar sus mitos
Escuchar la palabra cáncer trae consigo la palabra miedo. Y no está mal tener miedo, lo importante es qué hacemos con esa sensación. Lo importante para una mujer es tener información sobre esta enfermedad para que en caso de padecerla, sea tratada lo antes posible y de forma poco agresiva. Y este 19 de octubre, Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, es una perfecta ocasión para hacer foco en cómo canalizar los miedos. Así como en la actualidad existe un importante caudal de conocimiento en todo el mundo y tecnología que permite prevenir o tratar de manera adecuada esta enfermedad, también hay varios mitos alrededor del cáncer de mama que debemos desterrar. El Dr. Luciano Mignini, especialista en mastología del Grupo Oroño nos comparte información: Un cáncer de mama detectado a tiempo tiene un 95% de chances de curarse. Pero para lograr una detección precoz de la enfermedad y bajar los índices de mortalidad o pérdida de calidad de vida hay todo un camino que desandar antes.
“Me da miedo la quimio, no quiero que se me caiga el pelo”. Un gran mito por el que luchamos por desterrar es que la gente asocia el cáncer con una quimioterapia muy agresiva para la salud y con la muerte.
Muchas veces las mujeres entran en pánico cuando le dicen que deben hacer quimioterapia porque tienen cáncer de mama. Hoy en Argentina contamos con tecnología para que una mujer, a través de los cascos fríos, no sufra caída de pelo. Es un gran avance. Los tratamientos actuales no conllevan tantos efectos colaterales y tienen mejor tolerancia por parte de las pacientes. Además, son terapias más cortas y menos riesgosas que años atrás. La mujer tiene grandes chances de continuar con su vida normal, es decir, trabajar, hacer deporte, socializar. Incluso en algunos casos el mismo día de la quimioterapia pueden retomar sus actividades habituales.
“Si hago la quimioterapia, no voy a poder ser madre” La quimioterapia afecta a la fertilidad pero no la restringe. Durante el tratamiento, las mujeres tienen la posibilidad de tomar medicamentos para disminuir problemas de fertilidad posteriores o criopreservar ovocitos antes de la quimioterapia para poder planificar un embarazo después de 2 o 3 años de finalizado.
“Tengo miedo de tener cáncer de mama como mi abuela o mi tía”. Casi el 80% de los casos de cáncer de mama son sin antecedentes familiares. El hecho de tener un familiar con esta enfermedad no implica que una mujer lo herede. En caso de antecedentes, se evaluará el riesgo real de padecerla.
Hoy existe el asesoramiento médico oncológico donde se pueden medir las posibilidades de cada paciente y actuar en consecuencia. Los controles son más estrictos, existen pruebas genómicas para detectar quién realmente tiene mutación genética que aumenta las posibilidades. El manejo del cáncer de mama cambió completamente para prevenir y tratar de forma más adecuada ya que tenemos una tecnología y un conocimiento que lo permite.
La mayoría de los cáncer de mama no son por antecedentes familiares. Todas las mujeres de más de 40 años deben comenzar con sus controles para detectar esta enfermedad a tiempo.
“Si tengo un nódulo y no me duele, entonces no estoy enferma”. Es recomendable también que las mujeres se palpen pero el autoexamen no suplanta la mamografía. Aunque hay que desterrar el mito de que si no duele no padece la enfermedad. Si se palpa o ve algo diferente tiene que acudir a su médico, independientemente de si siente molestias o que la mamografía se la haya hecho hace poco y haya estado todo perfecto.
“No quiero hacerme los estudios, tengo miedo de enterarme que algo esté mal”. Es frecuente que en la consulta algunas pacientes lleguen con estadíos avanzados, y a su vez diciendo que tenían miedo que algo esté mal, y que por este motivo no consultaron a su médico en forma temprana. Para que esto no suceda, deben saber que detectar a tiempo la enfermedad permitirá aumentar las posibilidades de su cura y reducir las chances de una quimioterapia que, en general, queda reservada para pacientes que tienen un tumor avanzado. En la mayoría de los casos, los tumores chicos y detectados a tiempo no van asociados a la quimioterapia.
También es bueno aclarar que la mamografía de por sí no previene el cáncer de mama. Sí disminuye la mortalidad y hace que los tratamientos sean menos agresivos. La prevención se complementa a través de una dieta equilibrada, ejercicio físico y una vida saludable.
Todo el mundo de la medicina hace un gran esfuerzo para concientizar sobre el cáncer de mama. Estamos convencidos de que para que se canalicen todos los miedos primero hay que explicar que la mamografía es un método seguro. Puede generar molestias pero no duele, trae muchos beneficios y está comprobada su alta efectividad: es un método sencillo y de fácil acceso. Tenemos todos los medios para prevenir, diagnosticar en forma precoz y tratar adecuadamente a quienes tengan cáncer de mama.
Dr. Luciano Mignini, especialista en mastología del Grupo Oroño.
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